Cuando hablamos de seguridad en el mundo automotriz, nos referimos a un conjunto de sistemas. Comprender en qué consiste cada una y cómo intervienen en la experiencia al volante no solo mejora nuestra cultura vial, sino que puede marcar la diferencia en tu decisión antes de comprar un vehículo.

Esta seguridad se divide en dos grandes categorías: seguridad activa y seguridad pasiva. En este artículo explicaremos qué distingue a la seguridad activa de la pasiva, cómo operan, qué elementos las componen y por qué es fundamental elegir un vehículo que cuente con ambas.

¿Cuál es la diferencia entre seguridad activa y pasiva?

La seguridad activa engloba todos aquellos sistemas diseñados para prevenir accidentes. Son mecanismos que actúan durante la conducción y tienen como objetivo mantener el control del vehículo en todo momento, incluso en condiciones adversas o de emergencia.

Por otro lado, la seguridad pasiva entra en acción cuando el accidente ya ha ocurrido o es inevitable. Su función principal es minimizar los daños tanto para los ocupantes como para terceros, mediante la protección física y la absorción de energía durante un impacto.

Dicho de otro modo, la seguridad activa intenta evitar el accidente; la pasiva, proteger cuando éste se produce.

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¿Cuáles son los principales sistemas de seguridad activa?

Los componentes de la seguridad activa han evolucionado significativamente en las últimas décadas gracias al desarrollo tecnológico. Algunos de los sistemas más importantes son:

1. Sistema de frenos antibloqueo (ABS): Evita que las ruedas se bloqueen durante una frenada de emergencia, permitiendo mantener el control direccional.
2. Control electrónico de estabilidad (ESC): Ayuda a corregir derrapes o deslizamientos, actuando de manera selectiva sobre los frenos de cada rueda y reduciendo la potencia del motor si es necesario.
3. Asistente de frenado de emergencia (BA o EBA): Detecta una frenada repentina y aplica la máxima fuerza de frenado incluso si el conductor no presiona el pedal con suficiente fuerza.
4. Control de tracción (TCS): Evita que las ruedas patinen al acelerar en superficies deslizantes.
5. Sistemas avanzados de asistencia a la conducción (ADAS): Incluyen tecnologías como el aviso de cambio involuntario de carril, el control crucero adaptativo, el reconocimiento de señales de tráfico y la detección de peatones.
6. Iluminación adaptativa: Ajusta el haz de luz según la velocidad, el entorno y el ángulo de dirección para mejorar la visibilidad nocturna.

Todos estos sistemas trabajan en conjunto para reducir el error humano, considerado el principal factor en la mayoría de los accidentes de tránsito.

¿Cómo funciona la seguridad pasiva en un accidente?

Cuando la prevención ya no es suficiente y ocurre una colisión, entra en juego la seguridad pasiva. Esta tiene como misión reducir al máximo las consecuencias del impacto.

1. Cinturones de seguridad: Son el sistema de retención primaria. Mantienen a los ocupantes en su asiento y evitan que salgan proyectados en caso de choque.
2. Airbags: Bolsas que se inflan en milésimas de segundo al detectar un impacto, amortiguando el golpe contra el volante, el salpicadero o las ventanas.
3. Carrocería con zonas de deformación programada: Diseñada para absorber y disipar la energía del impacto, protegiendo el habitáculo de los ocupantes.
4. Reposacabezas ajustables: Previenen el latigazo cervical durante una colisión trasera.
5. Cristales laminados: Diseñados para no desprender fragmentos cortantes en caso de rotura.
6. Sistemas de anclaje ISOFIX: Facilitan la instalación segura de sillas infantiles.

Estos elementos actúan en milésimas de segundo y su eficacia depende de la correcta utilización, el mantenimiento del vehículo y el cumplimiento de normas como el uso obligatorio del cinturón.

¿Por qué es importante que un vehículo tenga ambas seguridades?

Contar con un vehículo que combine sistemas de seguridad activa y pasiva es esencial para una conducción responsable y segura. Sin embargo, ningún sistema es infalible y, cuando un siniestro es inevitable, la seguridad pasiva entra en juego para salvar vidas y minimizar las lesiones.

La seguridad activa y pasiva en un vehículo son complementarias y fundamentales para la protección integral en carretera. Mientras una intenta prevenir el siniestro, la otra se ocupa de reducir sus consecuencias. Por ello, resulta imprescindible conocer qué elementos conforman cada una, cómo funcionan y cuál es su impacto real en la vida diaria.

En ese sentido, nos enfocamos en crear vehículos robustos, potentes y, sobre todo, seguros. Si estás considerando la compra de un nuevo auto con ambos sistemas de seguridad, te invitamos a contactar con nuestros asesores para darte más información. Conduce con confianza, elige RAM.

autor

George Romero Romero

Experto de marca Stellantis

Con más de 13 años de experiencia, se especializa en el sector automotriz asesorando a clientes en la elección del vehículo ideal según sus necesidades. Destaca por su conocimiento técnico y su capacidad para explicar cada detalle de forma exhaustiva y clara.